miércoles, 8 de febrero de 2012

Tocarlo todo, eso es lo que queremos

Una de las ideas más sólidamente demostradas en lo que al comportamiento del consumidor en las tiendas se refiere es el hecho de que cuando se puede tocar un objeto más posibilidades hay de que finalmente la compra se produzca.



En nuestros días, esta premisa puede parecer obvia, pero ciertamente hasta hace unas décadas atrás los comercios seguían un modelo cerrado en el cual era el dependiente quien seleccionaba los productos a petición del consumidor, sin que éste tuviera acceso libre y directo a ellos, la barrera del mostrador era infranquable.

Hoy son mayoría los comercios que han adoptado un modelo totalmente opuesto, el modelo abierto, que permite al consumidor manipular con plena libertad los productos, estrategia que aumenta considerablemente el impulso de compra.



Hace pocos meses, un grupo de investigadores de las Universidades de Ohio e Illinois ha presentado un interesante estudio en el que deja bien clara esta situación. Los resultados de dicho estudio, realizado con un grupo de 144 universitarios, demostraron que el simple contacto físico con un objeto puede determinar la adquisición de ese objeto. El objeto en cuestión era algo tan sencillo como una taza. Uno de los curiosos resultados reveló que en una subasta la gente que había tenido la opción de tocar la taza durante varios segundos, no solo se mostró dispuesta a superar otras pujas, sino que incluso estaba dispuesta a superar el precio habitual de venta. Es más, quienes habían tocado la taza durante 30 segundos pujaban más alto que los que la habían tocado durante 10 segundos.


Una de las cadenas comerciales que en España ha llevado esta premisa hasta su máxima expresión es la juguetería Imaginarium, en donde todos los juguetes están a disposición de padres y niños para que los toquen, manipulen, jueguen.... Es cierto que en el proceso hay una pérdida de productos, que no pueden ser puestos a la venta porque se rompen, desgastan o deterioran, pero el beneficio de dar al consumidor la posibilidad de experimentar con sus 5 sentidos los productos es altísimo y bien compensa esas pérdidas.


Somos compradores sensoriales... ¡nos gusta tocarlo todo!

martes, 10 de enero de 2012

The Scarcity Effect, o la ley de la escasez

Una de las estrategias de marketing más utilizadas por las marcas es lo que se conoce como la ley de la escasez (en inglés, the scarcity effect). Básicamente, esta ley corrobora que las personas damos más valor a un producto si percibimos que su disonibilidad es limitada.



El primer estudio* que reveló este fenómeno psicológico se llevo a cabo en 1975 y se conoce como "el experimento del tarro de galletas". Tres investigadores reunieron a un grupo de 200 mujeres jóvenes  y les presentaron dos botes de galletas, en uno de ellos había un montón de galletas mientras que en el otro apenas quedaban un par. El estudio mostró que la mayoría de las mujeres evaluron mucho mejor las galletas del bote casi vacío que las del bote lleno, aún cuando ambos botes contenían galletas del mismo tipo. En un segundo estudio, a las mujeres se les explicaba que el bote de galletas estaba medio vacío por dos razones, bien porque accidentalmente se habían caído o bien porque otras personas se las habían ido comiendo. La mayoría de las mujeres evaluron mucho mejor las galletas cuando recibieron la explicación de que apenas quedaban galletas porque se habían ido acabando que cuando habían caído por accidente.

Nuestra mente asume que si un producto escasea es porque  otras personas ya se lo han llevado y por tanto, debe ser bueno. Además, cuando un producto es limitado tenemos la sensación de que nuestra libertad de elección se restringe y eso es algo que odiamos.

¡Las personas queremos lo que no podemos tener!

Los directivos de Apple lo saben muy bien y ésta ha sido una de sus estrategias básicas en el lanzamiento de sus últimos gadgets tecnológicos. Haciendo creer el rumor de que el stock de iphone no alcanzaría para todos, algo que los medios de comunicación ayudaron a expandir. Gracias a esta estrategia, muchas de las personas que planeaban adquirir el iPhone al mes siguiente de su lanzamiento, optaron por adelantar la compra ante la incertidumbre sobre cuándo el artículo volvería a estar en las estanterías.



*Worchel, S., Lee, J., & Adewole, A. (1975). Effects of supply and demand on ratings of
object value. Journal of Personality and Social Psychology, 32, 906-914.